UN CENTRO QUE CAMBIA UNA VIDA.

El Centro de Adultos de El Tiemblo llegó en los primeros compases del nuevo siglo, y como éste supuso alentar la ilusión de muchas personas.

Repasando su historia descubrimos un buen número de personas a las que el Centro les ha cambiado la vida de una y otra manera. Por ejemplo, a un conocido mío le dio la posibilidad de cambiar su rumbo en la vida.

De niño no quiso estudiar, como a la mayoría de los chavales de su edad les daba “alergia” la escuela, era mucho más divertido correr por el pueblo inventando travesuras con los amigos y por supuesto, estaba hasta mal visto entre los “amigotes” reconocer que habías estudiado algo.

Finalmente, abandonó la escuela y empezó a trabajar, unas veces ayudando a su padre en el campo, otras en la construcción, otras en la hostelería … sin embargo, siempre le quedo una “espinita” dentro porque a pesar del poco empeño que ponía en el estudio, aprendía con cierta facilidad y cuando surgían temas que le interesaban, buscaba información en los libros o revistas que podía conseguir y las devoraba hasta saciar su hambre de conocimientos.

Con la llegada del Centro de Adultos de El Tiemblo, empezó a escuchar que se podía conseguir el Graduado Escolar. Algo que no sabía muy bien para qué servía pero que se instaló en su mente hasta el punto de que su cabeza no dejaba de martillearle: “apúntate, apúntate …”

Finalmente lo hizo y al margen de los conocimientos, consiguió un título que, al cabo de unos años, cuando escaseo el trabajo en la construcción y se planteó otros caminos, descubrió que gracias a ello podía aspirar a conseguir la preparación y titulación, que requerían otros trabajos menos exigentes físicamente y mejor remunerados.

Conozco otro caso, en el que acudir a las clases de adultos se ha convertido en su modo de vida, en su quehacer diario.

Se trata de una persona que sufre un trastorno genético, síndrome de Down. Asiste a clase donde se le presta una atención especial y se la estimula a través de sus aficiones: sopas de letras, juegos de adivinanzas, etc …

De forma que esta persona puede llevar una vida mucho más organizada al tener una obligación y al mismo tiempo, divertirse.

En las grandes ciudades hay múltiples actividades para este tipo de personas, desde terapias especializadas a centros escolares especiales. Sin embargo, en esta zona es el Centro de Adultos de El Tiemblo el que realiza esta labor.

Por último, me gustaría resaltar aquellos casos en los que el Centro ha servido a muchos inmigrantes para terminar de familiarizarse con nuestro idioma y nuestras costumbres.

La asistencia a las clases, mayoritariamente las mujeres, les ha ayudado a integrarse en su nueva sociedad aportándoles un conocimiento más profundo de nuestra cultura y posibilitándoles conseguir nuevas relaciones sociales gracias a los compañeros de curso.

Estos son algunos casos, de los cientos que hay, en los que el Centro de Adultos de El Tiemblo, ha realizado una labor no solo cultural sino social. Podemos asegurar, por tanto, que el Centro ha cambiado sus vidas.

María Jesús Galán Sánchez

Chus Galán.- Periodista